Imagina esto: compras un nuevo smartphone Samsung, lo configuras y, en algún lugar profundo del sistema, se está ejecutando una app llamada AppCloud. Nunca la instalaste conscientemente, no puedes desinstalarla como una app normal y, aun así, está recopilando datos sobre ti.
Imagina esto: compras un nuevo smartphone Samsung, lo configuras y, en algún lugar profundo del sistema, se está ejecutando una app llamada AppCloud. Nunca la instalaste conscientemente, no puedes desinstalarla como una app normal y, aun así, está recopilando datos sobre ti.