El mercado norteamericano de productos halal está experimentando un rápido crecimiento. Según Renub Research, especialista en análisis del sector y previsiones económicas, se prevé que se duplique con creces para 2033, pasando de 100 000 millones de dólares en 2024 a 226 000 millones, con un crecimiento anual medio cercano al 10 %.
Este crecimiento se debe a la creciente población musulmana en Estados Unidos y Canadá, así como al creciente interés de los consumidores no musulmanes, atraídos por la imagen de productos más saludables, éticos y trazables. La demanda ya no se limita a la carne: los snacks, los productos lácteos, las bebidas y las comidas preparadas están ganando terreno rápidamente.
Las principales cadenas minoristas y de restauración se están adaptando a esta nueva situación. Desde Nueva York hasta Toronto, los comercios ahora ofrecen productos halal en sus estanterías y menús. Incluso las plataformas de comercio electrónico están contribuyendo a la democratización de estos productos, haciendo que el halal sea más accesible en zonas rurales y semiurbanas.
Sin embargo, este progreso aún enfrenta varios obstáculos: el alto costo de la certificación halal, las limitaciones logísticas y la escasez de suministro fuera de las grandes ciudades.
Estos obstáculos ralentizan la adopción a gran escala y, en ocasiones, mantienen los precios más altos que los de los productos convencionales. Grandes multinacionales, así como empresas locales, ya están invirtiendo fuertemente en este nicho.
Nestlé, Cargill y Crescent Foods están fortaleciendo sus alianzas y lanzando gamas halal, considerando este mercado como un motor estratégico de crecimiento y una forma de fidelizar a una clientela cada vez más diversa.
Al mismo tiempo, están surgiendo nuevas startups y pymes halal con ofertas innovadoras, a menudo centradas en cadenas de suministro cortas, productos orgánicos o comidas preparadas. Más ágiles que los gigantes agroalimentarios, estos actores locales se están consolidando en nichos específicos y atrayendo a clientes que buscan autenticidad y productos locales. Su crecimiento contribuye a impulsar un ecosistema halal cada vez más diverso.
El auge del halal en Norteamérica ilustra un cambio más amplio en los hábitos alimentarios. Ya no se trata solo de un mercado comunitario: el halal se está convirtiendo en un refugio seguro para los consumidores que buscan transparencia, calidad y ética. Si los fabricantes logran reducir las diferencias de precios y armonizar los estándares de certificación, el sector podría consolidarse como uno de los principales impulsores del procesamiento de alimentos en Occidente, informó Oumma.