El senador republicano Tommy Tuberville enfrenta un aluvión de críticas tras una serie de publicaciones en el sitio web X, en las que afirma que "el islam no es una religión" y pide la expulsión de los musulmanes de Estados Unidos.
El senador de Alabama, quien también es candidato a gobernador, hizo estas declaraciones tras un ataque mortal durante una celebración de Janucá en Australia, estableciendo una conexión que ha sido denunciada como cruda y peligrosa.
Muchos líderes y organizaciones políticas han condenado las declaraciones de Tuberville, acusándolo de explotar un acto antisemita para incitar al odio contra otra comunidad religiosa. Varios han señalado que un ciudadano musulmán, un refugiado sirio que se naturalizó australiano, ayudó a evitar un mayor número de muertes al desarmar a uno de los atacantes, un hecho que el senador no ha mencionado.
Las reacciones fueron duras. Chuck Schumer lo denunció como una "repugnante muestra de islamofobia", mientras que el senador Chris Murphy calificó los comentarios de "antiamericanos", en directa contradicción con la Constitución y el principio de libertad religiosa.
Organizaciones de derechos civiles compararon esta retórica con los momentos más oscuros de la historia estadounidense, marcados por la segregación y la exclusión legalizada. Estas declaraciones forman parte de una tendencia más amplia de endurecimiento del discurso político en Estados Unidos, donde los musulmanes son retratados cada vez más como una amenaza colectiva, incluso por funcionarios electos.
Este tipo de declaraciones ya no es un simple desliz verbal. Es una estrategia política deliberada, que se vale del miedo y la estigmatización para movilizar a una base electoral. Al atacar directamente a una religión y a millones de ciudadanos, esta retórica socava el Estado de derecho y normaliza la idea de que un segmento de la población es inherentemente incompatible con la nación. En última instancia, este clima alimenta las divisiones sociales y legitima políticas excluyentes cuyas consecuencias van mucho más allá del debate partidista.