Las lluvias, como el sufrimiento de más de dos años de ofensiva genocida a manos de Israel, se extienden implacablemente por Gaza. Atraviesan e inundan un enclave devastado, bombardeado, masacrado y en ruinas, pero aferrado a la vida. Incluso cuando sufre un invierno catastrófico que sigue arrebatándole lo poco que queda en pie.
Y en la madrugada de este martes, por cuenta de un nuevo sistema de baja presión, el agua arrasó miles de tiendas de campaña donde palestinos desplazados luchaban por refugiarse. También inundó el Hospital Al-Shifa, el mayor complejo médico del enclave, que se vio obligado a cerrar sus ya limitadas operaciones. Aun así, a pesar de tanta tragedia, cuando la ayuda y los suministros pueden salvar vidas, Tel Aviv no cede en su bloqueo.
Justamente, la obstrucción de las fuerzas israelíes a la entrada de asistencia y equipos al enclave ha impedido que el Ministerio de Salud de Gaza pueda reparar el Hospital Al-Shifa, blanco de reiterados ataques de Tel Aviv que dañaron gravemente su infraestructura. Y que, en última instancia, lo dejaron vulnerable al mal tiempo. De hecho, un corresponsal de la agencia de noticias Anadolu relató que el agua de las recientes lluvias se filtró en varias secciones del hospital, incluidas la recepción y el servicio de urgencias, interrumpiendo sus operaciones.
“Todas nuestras pertenencias volaron”
Pero la emergencia no termina allí. Además de inundarse, algunas tiendas de campaña de desplazados fueron arrancadas por los vientos que azotaron el enclave durante la noche del lunes y madrugada del martes. "Nos despertamos con el sonido de fuertes vientos golpeando nuestra tienda. Intentamos asegurarla y sujetarla, pero el viento la arrancó de raíz y todas nuestras pertenencias volaron", declaró a Anadolu el palestino desplazado Khaled Abdel Aziz. "Estoy afuera con mi esposa e hijos, sentados bajo la lluvia. No hay dónde refugiarse", añadió.
Varias personas también relataron que, despojados de sus tiendas de campaña, cientos de palestinos intentaron resguardarse de la lluvia bajo algunas estructuras o partes de edificios dañados por ataques del ejército israelí en Ciudad de Gaza. Sin embargo, el portavoz de la Defensa Civil del enclave, Mahmoud Basal, advirtió que miles de viviendas, parcialmente destruidas por los bombardeos, corren el riesgo de derrumbarse en cualquier momento debido al mal tiempo.
"Estas viviendas representan un grave peligro para la vida de cientos de miles de palestinos que no han encontrado refugio", declaró Basal a la agencia Anadolu. “Le hemos advertido al mundo repetidamente, pero sin éxito”, insistió.
De manera similar, el alcalde de la ciudad de Yabalia, Mazen Al-Najjar, declaró que "la depresión climática llegó cuando las personas desplazadas ya vivían en condiciones catastróficas". En esa línea explicó que más del 90% de los edificios y calles están completamente destruidos en Yabalia y el norte de Gaza, lo que ha obligado a los palestinos a vivir en tiendas de campaña deterioradas.
Casi 250.000 familias sobreviven actualmente en campamentos de desplazados en todo el enclave, muchas de ellas enfrentando el frío y las inundaciones dentro de frágiles tiendas de campaña, según la Defensa Civil de Gaza.
Durante la tormenta Byron que azotó el territorio palestino la semana pasada, al menos 14 personas perdieron la vida y más de 53.000 tiendas para desplazados se inundaron, fueron arrastradas por torrentes o quedaron destrozadas por ñps fuertes vientos. A lo que se suma que 13 edificios se derrumbaron en toda Gaza.
Israel mantiene su mano de hierro al bloquear ayuda
Aunque el alto el fuego que entró en vigor el pasado 10 de octubre contemplaba el ingreso sin restricciones de la ayuda humanitaria, Israel no ha dado su brazo a torcer y mantiene el bloqueo. De hecho, la ONU advirtió este lunes que la asistencia en Gaza se ha reducido debido a los obstáculos de Tel Aviv, a pesar de que la urgencia continúa aumentando y las condiciones invernales empeoran, informó TRT.