En la région de Vaulx-en-Velin, el restaurante Seven Times Lyon, que se autoproclama el patio de comidas halal "más grande" de la ciudad, está siendo acusado de separar a hombres y mujeres en su establecimiento tras la publicación de un video promocional. 

En el video, ampliamente compartido en TikTok e Instagram, un influencer se acerca a una sala que se presenta como reservada para mujeres antes de cubrirse los ojos. Un empleado lo invita a sentarse "allá", en otra zona, insinuando una separación de género entre los clientes. El video rápidamente desató la indignación.

Jérôme Buisson, diputado de la Agrupación Nacional (RN) por el departamento de Ain, denunció en redes sociales un "separatismo inaceptable e ilegal", afirmando que "los clientes son, por lo tanto, clasificados por sexo". "¿Le parece normal, prefecto del Ródano? Es una discriminación inaceptable en Francia", escribió, contribuyendo a la viralización del vídeo. 

El gerente, llamado Franck, refutó rotundamente estas acusaciones ante actu Lyon. "Esto no tiene nada que ver con el islam ni con la sharia", afirmó, acusando al cargo electo de "decir disparates sin verificar sus fuentes".

¿Una opción económica? Si bien el dueño del restaurante reconoce la existencia de una "zona 100% femenina", reservada exclusivamente para mujeres, rechaza cualquier discriminación. 

"El comedor principal es mixto y todas pueden comer allí", aseguró a nuestros colegas. Según él, este espacio exclusivo tiene como objetivo ofrecer a las clientas "un lugar para charlar entre ellas y tomar un café", similar a los conceptos que ya se han desarrollado en algunos gimnasios. Sin embargo, el establecimiento cuenta con certificación "halal Ashahada", una decisión deliberada. «Para nosotros, también es una decisión comercial; vende», explica el dueño del restaurante, citando el ejemplo de grandes cadenas que han hecho el mismo cambio: Quick, Five Guys…

La polémica ha estallado en redes sociales: el vídeo ha sido visto más de 230.000 veces en TikTok y casi 40.000 en Instagram. «Cualquier publicidad es buena publicidad», insiste el gerente, al tiempo que afirma que su restaurante acoge a «familias de muchas nacionalidades» y que «no hay espacios que separen completamente a hombres y mujeres».

La prefectura del Ródano confirmó que «los servicios prefecturales están muy interesados ​​en la situación de este establecimiento». Esta perspectiva no parece preocupar al restaurador: «Que vengan a inspeccionarnos, no hay problema». También está considerando presentar una denuncia contra el diputado de la Agrupación Nacional que desató la polémica.