El congresista estadounidense, Randy Fine, aliado cercano de Donald Trump, provocó indignación al afirmar durante una audiencia en el Congreso que los musulmanes, a quienes calificó de "generales", debían ser "destruidos".
El representante republicano por Florida se mantuvo firme en sus declaraciones y afirmó que no temía ser acusado de islamofobia.
Conocido por sus posturas hostiles hacia palestinos y musulmanes, Randy Fine habló durante una conversación con el presidente de la Organización Sionista de América. Reiteró argumentos controvertidos sobre la situación en Cisjordania. Ante la controversia, su oficina aclaró que se refería a los musulmanes "en general", y no solo a los palestinos.
Las reacciones de indignación se multiplicaron rápidamente. Abed Ayoub, director ejecutivo del Comité Antidiscriminación Árabe-Americano (ADC), denunció las declaraciones como "genocidas" y calificó a Randy Fine de "versión barata de Benjamin Netanyahu".
En una declaración a Al Jazeera, acusó al funcionario electo de defender exclusivamente los intereses israelíes, en detrimento de los estadounidenses, quienes sintieron que ahora se comportaba como un "portavoz extranjero". Según él, esta retórica escandalosa reflejaba un intento desesperado por apaciguar a sus partidarios proisraelíes.
Otros líderes comunitarios señalaron que Randy Fine, elegido a principios de este año con el apoyo de Donald Trump y el Comité de Asuntos Públicos de Estados Unidos e Israel (AIPAC), tiene un historial de declaraciones impactantes: se burló de la publicación de la imagen de un niño palestino asesinado, pidió que se "muera de hambre" a Gaza y justificó el asesinato de militantes propalestinos en Cisjordania.
Hatem Abudayyeh, presidente de la Red Comunitaria Palestina de Estados Unidos, denunció la falta de una condena clara por parte de los líderes republicanos, y consideró alarmante que un miembro del Congreso pudiera pronunciar una retórica tan odiosa sin obtener una respuesta política firme.
Las organizaciones de derechos civiles han denunciado la retórica como abiertamente genocida y han exigido una condena explícita de la clase política estadounidense. A pesar de un largo historial de declaraciones racistas y deshumanizantes, Randy Fine sigue gozando del apoyo del bando republicano y de una presencia regular en varios medios de comunicación nacionales.