Según Blacklock’s Reporter, estas directrices de las algunas gubernamentales canadienses se enviaron a los empleados del sector de tecnologías de la información en Ottawa, en una medida que se presentó como un gesto de solidaridad, a pesar del número relativamente bajo de musulmanes en la administración pública.

El mensaje enviado a los empleados enfatiza que el ayuno durante el Ramadán es una profunda práctica espiritual que merece ser respetada en el lugar de trabajo. Aclara que el objetivo no es imponer reglas estrictas, sino evitar que los colegas que ayunan se encuentren en situaciones incómodas durante el horario laboral. 

Las recomendaciones también abordan la programación de reuniones y descansos, teniendo en cuenta los horarios del suhur y el iftar.

Esta iniciativa responde a las quejas de empleados musulmanes que consideran que su identidad religiosa no recibe el mismo reconocimiento y apoyo institucional que otras causas promovidas en organizaciones federales. 

Las nuevas directrices describen el Ramadán como un "mes bendito" y enfatizan la necesidad de cierta flexibilidad en los horarios de trabajo, así como el respeto por los horarios de oración y la ruptura del ayuno, en un contexto marcado por un persistente sentimiento antiislámico en algunas regiones.

Un correo electrónico de funcionarios del servicio público de Canadá también anima a los gerentes a evitar programar reuniones temprano por la mañana o al final de la tarde, momentos en que los niveles de energía de quienes ayunan pueden ser menores. 

El mensaje concluye reiterando que el ayuno se presenta como un medio de purificación espiritual, disciplina personal y gratitud, por lo que el respeto y la comprensión de esta práctica son esenciales en el lugar de trabajo.