Los participantes en la conferencia anual sobre islamofobia en Londres, centrándose en la tendencia hacia la “normalización del odio” y en el etiquetado como “extremismo” de las protestas contra la guerra y el genocidio en Gaza, advirtieron sobre la política del odio y la represión de la voz de solidaridad con los musulmanes.
Los participantes en esta reunión señalaron el papel de las políticas de seguridad y de programas como “Prevent” en el Reino Unido, que han generado una especie de “desconfianza estructural” hacia las comunidades musulmanas y han provocado que muchas conductas e incluso creencias religiosas o políticas legítimas se sometan al escrutinio de un supuesto “extremismo potencial”.
Desde su perspectiva, este enfoque ha sustituido el espacio del diálogo político y ético por una vigilancia de seguridad, lo cual ha facilitado un mayor estigmatizado y marginación de los musulmanes.
En otra parte de los debates de la conferencia, se criticó el papel de los medios de comunicación, las universidades, las empresas privadas y algunas organizaciones civiles en la reproducción de este clima.
Los oradores subrayaron que el gobierno no está solo en este proceso: ciertos medios, al destacar narrativas unilaterales sobre los musulmanes y las protestas en apoyo a Palestina; las universidades, al restringir las actividades estudiantiles; y las empresas, al ejercer presión sobre empleados que han apoyado a Gaza y Palestina, se han convertido en partícipes de la “criminalización de la conciencia”, informó IRNA.