La famosa cultura política reservada de Japón estalló con una franqueza poco común esta semana cuando Mizuho Umemura, miembro de la cámara alta y figura en ascenso del partido Sanseitō, expresó su firme rechazo a la expansión de los cementerios musulmanes en Japón. Sus declaraciones, que ahora se han vuelto virales, se produjeron durante una sesión del Comité de Salud, Trabajo y Bienestar Social el 27 de noviembre de 2025.
La petición musulmana de ampliar cementerios ha sido denegada. En Japón, la cremación es una tradición. «La solución adecuada para los musulmanes es devolver los restos a sus propios países y enterrarlos allí», señalan.
La diputada Mizuho Umemura rechazó rotundamente las peticiones de ampliar los cementerios musulmanes, insistiendo en que la cremación, practicada por más del 99 % del país, no es negociable.
“En Japón, la cremación es nuestra tradición. Si los musulmanes exigen un entierro, los restos deben ser devueltos a sus países de origen”, añadió la diputada.
Con una población musulmana en Japón que ronda los 200.000 habitantes, la tensión entre la práctica religiosa y las costumbres nacionales ha alcanzado visibilidad nacional.