El lugar de culto islámico, uno de tantos que existen en la provincia de Buenos Aires y en todo el país, acaparó la atención de dirigentes libertarios como el legislador porteño Ramiro Marra y hasta del director ejecutivo de MercadoLibre, Marcos Galperín, quien dijo “estamos jodidos”.

La intención de emparentar la apertura de la sede con grupos extremistas – o de generar xenofobia emparentando con situaciones que ocurren en Europa- difiere de lo que ocurre en la comunidad de Olavarría, donde la apertura no despertó mayores polémicas, según Infocielo.

Pero ¿Cómo es la mezquita de Olavarría que despertó el enojo de los libertarios?

Se emplaza en pleno corazón del barrio Pueblo Nuevo– San Lorenzo 2874-, una emblemática zona residencial ubicada al “otro lado” del arroyo Tapalqué y a pocas cuadras del centro de la ciudad.

La sede denominada “Centro Sufi Naqshbandi” comenzó a construirse en 2025 a partir del reacondiciamiento de una vieja vivienda, aunque el grupo de creyentes – en su gran mayoría argentinos conversos- se reúne activamente en la ciudad desde hace 16 años.

La mezquita fue inaugurada el último 20 de octubre por el Maestro de la orden Sufi Mawlana Shaykh Muhammad Adil Efendi, quien llegó desde Turquía.

Solo la fachada del edificio tiene un frente típico de mezquita, con la decoración del característico mosaiquismo árabe. Según contó Yusuf Carlos Silva fue por sugerencia de uno de los creyentes que lo ayudaban y que tenía conocimiento en ese tipo de arquitectura.

El resto del edificio se parece a una capilla. “Frente de mezquita, corazón de Dergah” remarca el Yusuf.

A pocos metros de la sala se observa un makam, una reproducción de la tumba del maestro de la escuela de Sufismo Naqshbandi. La original está Chipre y la réplica actúa como un recepcionador de energía espiritual, que “se amplifica a 200 kilómetros a la redonda” según la creencia.

La sala principal está decorada con varios cuadros que incluyen pasajes del Corán e imágenes de los ancestros y principales maestros de la corriente sufista.

Hacia el fondo la sala donde se realizan las oraciones – Salat- , único de los lugares a los que se accede descalzo. Allí se realizan diariamente los cinco Salats o rezos. Los jueves se llevan a cabo los dhikr o recuerdos, una meditación que es de acceso libre y gratuito para quienes se acerquen.

A pocos metros está emplazada la cocina, donde se preparan los alimentos para el comedor social que funciona en la sede y que brinda alimentos a unas 150 personas de Olavarría.

Fuente: Infocielo