Los hechos se remontan al pasado mes de julio, en el distrito de Moulins, al oeste de Niza. Ese día, dos ciudadanos tunecinos fueron detenidos por una patrulla policial. Afirmando estar acostumbrado a la violencia policial, uno de los hombres decidió activar la grabadora de voz de su teléfono móvil.
Durante treinta y dos minutos, el dispositivo grabó la escena de forma continua. En esta cinta de audio, que se convirtió en una prueba clave del caso, los investigadores descubrieron comentarios de una violencia inusual.
"Eres árabe. ¡Estás aquí para violar a mujeres francesas y robarnos! ¡Nadie te quiere aquí! Así que te vas a tu país", se oye, acompañado de golpes, lo que sugiere que los detenidos habían sido golpeados.
En una entrevista con la Agencia Anadolu, la abogada de una de las víctimas, Kada Sadouni, calificó los hechos de extrema gravedad. Su cliente supuestamente sufrió "violencia física e insultos racistas e islamófobos".
El abogado de Niza afirma además que los agentes presuntamente confiscaron "un Corán en miniatura que se encontraba en el bolso del joven", antes de "arrancar las páginas y obligarlo a tragarlas".
"Los policías se limpiaron los zapatos de seguridad con él e incluso sugirieron quemarlo", continúa el Sr. Sadouni, añadiendo que "la IGPN (Inspección Nacional de Policía) se hizo cargo del caso rápidamente" ante la gravísima gravedad de los hechos.
Los cinco agentes implicados han sido suspendidos cautelarmente y puestos bajo supervisión judicial a la espera de su juicio, previsto para este viernes 24 de octubre.
El Sr. Sadouni espera ahora que "a la vista de las pruebas del caso, los tribunales sancionen y condenen a estos cinco policías en la medida de su responsabilidad penal y les impongan una pena severa y la prohibición de ejercer la profesión policial".