Según los datos oficiales de las distintas ciudades, en urbes como Bruselas, Ámsterdam, Viena o Londres, la presencia de alumnos de origen islámico en las aulas ya roza o supera niveles históricos.
En el caso de Bruselas, más de la mitad de los estudiantes en edad escolar —un 52%— pertenecen a familias musulmanas, mientras que en Ámsterdam la cifra alcanza el 43% y en Viena el 41%. Londres tampoco se queda atrás, con un 37,5% de los niños escolarizados procedentes de esta comunidad.
El fenómeno se extiende también hacia el norte del continente. Estocolmo, capital sueca, registra un 35% de alumnado musulmán, lo que supone un crecimiento exponencial respecto a principios de siglo.
París, por su parte, se sitúa en el 29%, seguida de cerca por Copenhague (28%). Ciudades como Berlín (23%), Madrid (14,5%) y Roma (9%) muestran porcentajes más bajos, aunque igualmente en ascenso respecto a décadas anteriores.
Las proyecciones para 2025 muestran que la tendencia continuará, reforzando un cambio demográfico profundo que genera debate en toda Europa.
El contraste con el año 2000 es llamativo: en la mayoría de las capitales, los porcentajes de estudiantes musulmanes apenas alcanzaban el 10%. El incremento constante en los últimos 25 años ha llevado a que en varias ciudades se hable ya de un «punto de inflexión» que marcará el futuro social y político de Europa, informó La Gaceta.