Este domingo por la mañana, las fuerzas sionistas volvieron a cerrar la mezquita de Al-Aqsa, en cumplimiento de una decisión del "Comando del Frente Interno" israelí, bajo el pretexto del estado de emergencia.
Según la decisión, solo los empleados del Departamento Islámico Waqf podrán ingresar a Al-Aqsa a través de puertas específicas, y los rituales religiosos y las oraciones continuarán como de costumbre, con la asistencia únicamente de empleados del Waqf, según la agencia de noticias palestina Ma'an.
Este cierre se produce apenas cuatro días después de que la mezquita fuera reabierta parcialmente a los fieles.
Desde el miércoles pasado, con la reapertura parcial de la mezquita Al-Aqsa, las fuerzas israelíes han impuesto estrictas restricciones a la entrada de fieles al recinto, limitando su número a no más de 500. Sólo se les permite entrar por las puertas de Hatta y Silsilah.
En el mismo contexto, el Comando del Frente Interno israelí anunció esta mañana que había reducido el nivel de actividad en todo el país a "sólo esencial", lo que incluye el cierre de instituciones educativas, la prohibición de reuniones y el cierre de lugares de trabajo, con excepción de las instalaciones vitales.
El asedio a la Ciudad Vieja de Jerusalén continúa por segunda semana consecutiva, con fuertes medidas de seguridad en sus entradas y callejones, dejando la ciudad casi vacía de su actividad habitual, informa SABA.