Entre los países donde la extrema derecha obtuvo resultados significativos en las últimas elecciones europeas se encuentran Hungría (54% con Fidesz-KDNP), Polonia (35% con PiS), Francia (32% con RN), Italia (26% con FdI) y los Países Bajos (24% con PVV). Estos países son ahora caldo de cultivo para una situación alarmante para las mujeres musulmanas, las primeras víctimas del auge de la islamofobia.
Un discurso islamófobo que domina Europa
La preocupación reside, en particular, en la evolución del discurso político: más allá de la xenofobia y la antiinmigración, la islamofobia domina ahora. En Italia, desde la llegada al poder del gobierno de Fratelli d'Italia, liderado por Giorgia Meloni, el discurso islamófobo se ha vuelto omnipresente, especialmente en los medios de comunicación. El jefe de gobierno italiano habla abiertamente de una «islamización de Europa».
Esta retórica se ha traducido en leyes represivas, como el cierre de mezquitas o la imposición de trabas administrativas a la construcción de lugares de culto. Francia no es una excepción a esta dinámica. Personalidades políticas como Jordan Bardella, presidente de la Agrupación Nacional, y Bruno Retailleau, ministro del Interior, propagan la idea de que el Islam es incompatible con "los valores republicanos y laicos".
Una encuesta realizada por el IFOP para la Delegación Interministerial para la Lucha contra el Racismo y el Antisemitismo reveló que el 17% de los encuestados había sufrido discriminación en su búsqueda de empleo, de los cuales el 60% eran mujeres que llevaban velo. Además, una ley recientemente debatida que prohíbe la vestimenta religiosa manifiesta en las competiciones deportivas ha suscitado una enérgica condena internacional por parte de la ONU y Amnistía Internacional.
Los ataques antimusulmanes han aumentado un 114 % en Alemania.
Alemania también se ve afectada. El partido AfD (Alternativa para Alemania) ha abandonado gradualmente su discurso eurocrítico para centrarse en el antiislam y la antiinmigración. Según la Alianza Contra la Islamofobia, en 2023, los ataques físicos o verbales contra musulmanes aumentaron un 114 %.
Esta ola de islamofobia también viene acompañada de un resurgimiento de los actos de violencia. Según un informe de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (2024), casi la mitad de los musulmanes residentes en la Unión Europea denuncian sufrir discriminación a diario. Un informe de la Red Europea Contra el Racismo afirma que el 81,5 % de los actos islamófobos se dirigen contra mujeres.
Sin embargo, muchas víctimas no presentan denuncias por miedo o desconfianza en las autoridades. Un estudio alemán indica que solo el 10 % de las víctimas musulmanas de racismo emprenden acciones legales. Las mujeres que llevan velo, fácilmente identificables, están especialmente expuestas y enfrentan grandes dificultades para ingresar al mercado laboral.
Una "islamofobia atmosférica"
Dados estos hallazgos, parece difícil ignorar el alcance eminentemente islamófobo de estas dinámicas. Existe también una tendencia creciente a lo que algunos investigadores denominan "islamofobia atmosférica", un clima en el que la violencia contra los musulmanes se vuelve más aceptable para un segmento de la sociedad.
Este clima ideológico se ve alimentado por figuras políticas, periodísticas e intelectuales que difunden una sospecha generalizada sobre las prácticas musulmanas visibles, como el uso del velo, que a menudo se asocian erróneamente con el "islamismo", según Mizane.info