La llegada a La Meca para realizar el Hajj representa el punto culminante, la corona de la adoración para todos los creyentes. La historia de una joven peregrina de Bosnia y Herzegovina (BiH), que está cumpliendo con este deber islámico por segunda vez, es bastante inusual y habla de la fuerza de la fe, la oración y la perseverancia.
Por razones familiares, los medios no mencionaron su nombre.
Creció en una familia mixta de católicos y cristianos ortodoxos, sin ningún contacto con el islam, y solo comenzó a pensar en la religión después de la muerte de su madre, a quien cuidó con devoción durante años.
“La gente solía decirme que quizás Allah perdonaría mis pecados porque cuidé a mi madre con tanta devoción, y en el islam, la madre está por encima de todo”, dijo, recordando esos primeros momentos.
Los primeros pasos más serios hacia el islam comenzaron de manera modesta.
“Alguien me mencionaba un aya o un hadiz, y eso me hacía reflexionar. Así fue creciendo, mes a mes, durante casi tres años”, contó.
Un punto de inflexión clave ocurrió en enero de 2023, cuando recibió un viaje a Umrah como regalo. Al principio, según dice, fue más por curiosidad turística.
“Pero en La Meca, mi corazón cambió. Los acontecimientos que ocurrieron allí me dirigieron hacia el islam”, agregó.
Después de la ‘Umrah, llena de emociones, en altas horas de la noche en Sarajevo, hizo algo que cambiaría su vida.
“Sin ablución, sin la cabeza cubierta, me volví hacia Allah. Simplemente caí en suŷud y lloré. Tenía dos súplicas: que Allah enviara a alguien que hiciera posible que realizara el Hayy y que Arabia Saudita eliminara la norma del mahram”, dijo, y explicó que, a través de los acontecimientos que siguieron, llegó a convencerse completamente de que Dios acepta las súplicas, porque ambos deseos se cumplieron.
Recibió el Hayy como regalo de un completo desconocido de Asia, y Arabia Saudita cambió las reglas respecto al Hayy para las mujeres menores de 45 años.
Después de todos estos acontecimientos, el 30 de marzo de 2023, abrazó el islam y recitó la shahada frente al hafiz Ammar Basic, a quien había conocido durante su primera ‘Umrah.
“Todo se conectó de alguna manera: acontecimiento tras acontecimiento, milagro tras milagro, súplica tras súplica. Después de eso, fui dos veces más a la ‘Umrah, y ahora, alhamdulillah, estoy nuevamente en el Hayy”, dijo.
Debido a que su familia no sabe de su conversión al islam, realiza sus oraciones en secreto.
“Me encierro cuando rezo. No quiero que nadie me vea. La gente dice: ‘Qué suerte tienes, fuiste al Hayy’. Pero nadie ve lo que hay detrás de eso, cuántas lágrimas y cuánto dolor”, relató la peregrina.
Cuenta que uno de los momentos más duros para ella fue cuando, durante su primera ‘Umrah, no logró visitar la Rawdah.
“Me derrumbé. Lloré y me preguntaba por qué Allah no me permitía eso. Y entonces la gente me decía: ‘Allah te invitará de nuevo’. En ese momento, eso me parecía inimaginable. Y ahora, aquí estoy otra vez”, contó durante su estancia en La Meca, donde espera con otros peregrinos la salida hacia Arafat y la culminación del resto de los rituales del Hayy.
Concluyó diciendo que su situación y su recorrido vital confirman la misericordia de Allah, la fuerza de la paciencia y la importancia de la perseverancia y de no rendirse.
“En cada lágrima había una razón, y cada dolor trajo algo hermoso después. Hoy, agradezco incluso las pruebas, porque sé que a través de ellas Allah me dio algo. Pase lo que pase, uno debe tener paciencia y confiar en Allah. Él verdaderamente puede con todo”, dijo la peregrina, según informa N1, citado por Iqna.