Según las autoridades universitarias, la semana pasada se colocaron trozos de carne de cerdo en varias copias del Corán en dos ocasiones, una medida considerada islamófoba y ofensiva.
El primer incidente ocurrió el miércoles 7 de febrero, cuando los estudiantes descubrieron carne de cerdo en las alfombras de oración y en los estantes donde se guardan los Corán. Al día siguiente se repitió el mismo acto con una mayor cantidad de carne colocada entre las páginas del libro generoso.
Un estudiante llamado Ibrahim testificó que olió un olor desagradable cuando entró en la sala de oración y, al abrir los estantes, descubrió los Corán sucios. Inmediatamente alertó a la administración de la universidad, que condenó enérgicamente el incidente.