Sí, Dios, en Su infinita Misericordia, puede iluminar el camino que conduce a Su Luz a los más perdidos y malvados de los hombres; de quien, como el australiano Shermon Burgess, ha vagado durante mucho tiempo por los tortuosos caminos del extremismo de derecha, llegando incluso a empantanarse allí, con el corazón lleno de oscuridad.
Después de haber sacudido el pavimento de Bush Land durante una década devastadora, bajo la bandera del ultranacionalismo, el hombre que fue una de las puntas de lanza antiislam más rabiosas del Frente de Patriotas Unidos (UPF) ha renunciado a su desastrosa cruzada islamófoba. Ahora avanza hacia otro camino más brillante.
Un espectacular converso al Islam, Shermon Burgess, este feroz oponente de la construcción de mezquitas en una vida anterior, ahora se postra allí con devoción.
Si todavía le precedieron sus ignominiosas hazañas armadas, en el seno de pequeños grupos supremacistas blancos que terminaron consumidos en el infierno del odio, este infame alborotador está redimiendo su comportamiento. En particular, hace reparaciones honorables a sus hermanos y hermanas en Dios.
“La comunidad musulmana es muy buena, si necesitas ayuda siempre están ahí para ayudarte. En 2016-2015, nunca me habrías imaginado junto a un musulmán por la misma causa. Pero las cosas han cambiado. Estoy con los musulmanes para enfrentar a los opresores sionistas y a la masonería que nos gobierna. Antiguos miembros de la UPF me atacaron y me insultaron en Internet cuando supieron de mi conversión. Muchos de ellos bebían alcohol y padecían degeneración moral. Me gustó el “aspecto de salud” del Islam, la forma en que los musulmanes trabajan y evitan el alcohol y las drogas”, dijo en su página de Facebook.
Totalmente transformado, Shermon Burgess, vertebrado por nuevas y hermosas convicciones, es un musulmán que ahora camina hacia Dios con confianza. “El Islam te permite darle sentido a tu vida. Devuelve la luz a tu alma y reaviva en tu corazón la pasión por la vida”, podemos leer en su inspirada pluma, que ya no está mojada en la tinta negra de sus viles rencores, según Oumma.