Junto con Brasil, Venezuela es un importante centro de gravedad para expatriados árabes y musulmanes, y para venezolanos de ascendencia árabe.

Según estimaciones, hay unos 800.000 venezolanos de ascendencia árabe, la mayoría de los cuales son del Líbano, Siria y Palestina.

Y sobre la atmósfera en el mes de Ramadán, el jefe de la Asamblea Islámica en la Isla de Margarita, que constituye una de las comunidades árabes e islámicas más grandes, Qassem Tajin, dijo a Sky News Arabia que el mes sagrado es testigo de una atmósfera distintiva, y las noches de Ramadán están bien animadas.

Por su parte, Mustafa Al-Saeed, investigador venezolano de origen palestino residente en la capital, Caracas, dijo a Sky News Arabia: “No es fácil realizar el ayuno obligatorio en este país, debido a las diferentes costumbres y tradiciones”.

Al-Saeed agregó: "Pocas personas de este país entienden el significado del ayuno, pero lo bueno es que lo aprecian y lo respetan mucho, y muestran interés y curiosidad por saber más".

Continuó: "Los venezolanos nos preguntamos cómo podemos aguantar hambre y sed durante todo un día.”

Las mezquitas de Venezuela se llenan de fieles durante el mes de Ramadán, y la mayoría de ellos asisten a la mezquita más grande de la capital, Caracas.

Obeida, un empresario libanés que vive en Venezuela, señaló que los salones de las mezquitas se transforman en áreas de desayuno colectivo, se distribuye ayuda a familias necesitadas, se revive Laylat al-Qadr, y los banquetes y suhur continúan hasta el llamado a la oración del alba.

Con respecto al ambiente social en Ramadán, Nadine al-Atrash, residente de la capital, Caracas, dijo a Sky News Arabia: "Ayunamos 13 horas y media este año. El mes de Ramadán tiene sus rituales sociales, como invitar gente a las mesas de iftar".

Según al-Atrash, durante el Ramadán se adornan las casas en Venezuela, se intercambian visitas entre miembros de la comunidad, y también se realiza el encuentro para conmemorar la Noche del destino.

El joven sirio Omran, llegado al país hace una década, considera el Ramadán en Venezuela similar en cuanto a su ambiente al de los países árabes e islámicos, y explica que "el encuentro en la mezquita es una oportunidad para conocerse y conversar".