Comienza el próximo jueves 23 de marzo, el mes más esperado por los musulmanes, el bendito mes de Ramadán, uno de los pilares del Islam, el mes de ayuno.
A través del ayuno el musulmán incrementa su paciencia y su auto control, se acostumbra a controlar su ego, cumplir con sus responsabilidades y tener paciencia ante las dificultades, pero también hace que el musulmán comparta el dolor que sienten aquellas personas necesitadas y lo lleva a ser más solidario y caritativo.
El ayuno es también una purificación del cuerpo y del espíritu además de procurar la protección de Dios.
Los musulmanes deben abstenerse durante este mes de ingerir comida, bebida o fumar y no deben tener relaciones sexuales maritales desde la salida del sol hasta su puesta. Específicamente en Ramadán los musulmanes deben abstenerse de los malos pensamientos y realizar buenas acciones.
La obligación de realizar el ayuno se extiende a todos los musulmanes mayores en pleno uso de razón y libre de impedimento y excusa. Los niños, enfermos crónicos, ancianos débiles están exentos, lo mismo ocurre para los viajeros, mujeres embarazadas o que estén amamantando o en periodo menstrual o de puerperio pero con la obligación de recuperar los días no ayunados.