Son mujeres, llevan velos y son presidentas de la República. En Occidente, pocos saben de ellas. Pero que existen, existen. Y son, en muchos casos, referentes de las mujeres en cada uno de los países que encabezan. Por ejemplo, Samia Solo Hassan, presidenta en Tanzania –la primera mandataria en llevar velo en África-, ex parlamentaria, ministra y ahora presidenta. Está casada y tiene tres hijos y lleva el velo adonde quiera que vaya. 

Igualmente, Amina Gharib Fakim, presidenta de la República de Mauricio en África Oriental, la primera presidenta mujer en su país. Fakim hizo carrera en las ciencias, y fue pionera en tratamientos con plantas autóctonas en remplazo de medicamentos producidos en laboratorios. Fue Directora Ejecutiva del Centro de Investigación de Fitoterapia y recibió el Premio Nobel para L'Oreal de la UNESCO

En Singapur, el caso de Halimah Yacoub es aún más atípico. Es presidenta musulmana en un país donde el islam no es practicado por la mayoría de sus habitantes. Con gran presencia en redes sociales, estudiante de derecho y ex parlamentaria, y acabó asumiendo como presidente. En Singapur, es cierto el poder político lo concentra el Primer Ministro, sin embargo la presidente designa cargos decisivos en el gabinete, y supervisa el tesoro nacional y preside las reuniones de estado.

En Kosovo, Vuza Osmani, no sólo es la primera presidenta musulmana de Europa es una de las más jóvenes. Tiene 38 años, egresada en derecho, representó a Kosovo ante la Corte Internacional tras la independencia con Serbia. Antes fue primera ministra y desde el 2020, presidenta de la república. Cuando estalló la guerra en Ucrania, tomó la decisión de expulsar a los diplomáticos rusos de Kosovo. Una mujer con agallas.