Desde que un día, tras leer en profundidad el Corán despertó con la certeza del desafío de ir a pie hasta Meca, el iraquí, residente en Inglaterra, Adam Muhammad, no se detuvo. Tiene 52 años, armó un carro con sus pertenencias y partió caminando seis meses atrás desde Inglaterra. Hoy, pasó por Estambul, y en breve, espera cruzar a Siria, Jordania y de allí hasta Arabia Saudita. Dice que a nadie pidió ayuda y que, si bien fue arrestado en varios países, por su llamativa condición luego lo dejaron ir y hasta le prestaron apoyo.
"Después de que finalice el Hajj”, confesó Adam a Al Jazeera, “devolveré el carro conmigo a Gran Bretaña, porque se ha convertido en parte de mí y no puedo abandonarlo",