La preocupación aumenta en el seno de las minorías en Gran Bretaña, encabezadas por la comunidad musulmana, tras el éxito del gobierno de Boris Johnson al aprobar el controvertido proyecto de ley de “nacionalidad y fronteras”, en la Cámara de los Comunes, con 298 votos a favor y 231 en contra, a la espera de una votación en la Cámara de los Lores, después de lo cual entrará en vigor.
El borrador presentado incluye muchas enmiendas a la ley de ciudadanía, lo que amenaza la futura presencia de musulmanes en el país, ya que se dirige principalmente a los solicitantes de asilo en Gran Bretaña, lo que llevó al Consejo Musulmán de Gran Bretaña a organizar una serie de vigilias frente a la sede del Primer Ministro en Londres para denunciar esta ley y exigir su abolición.
Desde su presentación en el Parlamento, esta ley ha desatado una ola de polémicas y debates políticos, jurídicos y de seguridad entre diversas corrientes dentro y fuera de Gran Bretaña, ante la injustificada insistencia del gobierno de Johnson en aprobarla a pesar de la objeción de muchas entidades de derechos humanos sobre todo sus disposiciones enmendadas que otorgan poderes ilimitados al Interior para manipular la vida y el futuro de los inmigrantes y los hijos de las minorías en Gran Bretaña.