Cinco meses antes de las elecciones presidenciales, en una República francesa cuyos valores cardinales están atomizados, bajo el predominio de ideas de extrema derecha en el debate público, en plena desintegración, y de la islamofobia institucionalizada que incendiaron la cohesión social, "Actuar para detener el sufrimiento" representa mucho más que un eslogan de actualidad candente ... Es el credo, con fuerte resonancia, que Nagib Azergui ha hecho suyo.
Nueve años después de su aparición en un panorama político hexagonal de contornos muy abruptos, la Unión de Demócratas Musulmanes Franceses (UDMF), con su tejido territorial que ha podido expanderse y fortalecerse, a pesar de las odiosas campañas de calumnias que intentaron desacreditarla, hoy da un gran paso: Nagib Azergui, de 49 años, su fundador y presidente, ingeniero de telecomunicaciones, casado y padre de tres hijos, entra en la carrera por las elecciones supremas.
Impulsado por convicciones inquebrantables, Nagib Azergui está firmemente decidido a actuar para dar nueva vida a la política, para defender a todos los ciudadanos desilusionados, oprimidos y empobrecidos, en particular los franceses de fe musulmana, indignadamente complacidos en la venganza, y para que los principales principios republicanos, pisoteado por el candidato de extrema derecha, Eric Zemmour y otros, prevalecen sobre una insidiosa y perniciosa diversión islámica.