Creado para promover una sociedad musulmana más inclusiva donde las mujeres puedan contribuir a la formación del pensamiento y el discurso islámicos contemporáneos, Al-Mujadilah se encuentra en la Ciudad de la Educación, un campus de 12 kilómetros cuadrados en Doha compuesto por institutos educativos y de investigación.
Al-Mujadilah, que significa «la que dialoga», ofrece un espacio dedicado a que las mujeres conecten, aprendan y practiquen su fe juntas, guiadas por los principios islámicos de ikhlas (sinceridad), khidma (servicio) e ilm (conocimiento). Como centro religioso, social y educativo, Al-Mujadilah incluye una biblioteca de investigación especializada en textos islámicos.
La Dra. Sohaira Siddiqui, Directora Ejecutiva de Al-Mujadilah y Profesora Asociada de Estudios Islámicos en la Universidad de Georgetown, comentó: «La esencia de Al-Mujadilah reside en ser un centro para mujeres. Nos hemos convertido rápidamente en un destino para mujeres musulmanas de todos los orígenes y ámbitos, que acceden a una amplia gama de programas y actividades diseñados para ayudarlas a desenvolverse en los complejos aspectos de la vida moderna. Un ejemplo emblemático de ello es nuestra cumbre anual, Jadal, un encuentro de investigación de tres días que reúne a académicos, investigadores y profesionales de todo el mundo para debatir y examinar la historia de las mujeres musulmanas en la vida pública, los retos actuales y las perspectivas de futuro».
Inspirándose en el papel histórico de la mezquita en el apoyo a las necesidades religiosas, educativas y cívicas de la comunidad, Al-Mujadilah fue concebida por Su Alteza la Jequesa Moza bint Nasser para que responda a las diversas necesidades de las mujeres, que cambian a lo largo del día, la semana y el año, como se materializó en un diseño de Diller Scofidio + Renfro.
El edificio de 4600 m² (50 000 pies cuadrados) cuenta con una sala de oración, aulas, un patio al aire libre y espacios multiusos. Su característico tejado permite la entrada y el control de la luz en el salón principal. Se aplana y se extiende más allá de la superficie del edificio para proporcionar sombra a los espacios exteriores y a los programas periféricos. Un campo de más de cinco mil tragaluces integrado en la losa del tejado modula la abundante luz natural, proporcionando una luminosidad suave y difusa en el salón principal.
El salón principal está girado 17 grados respecto a su eje para orientar el muro de la Qibla hacia La Meca para la oración. Siguiendo la tradición islámica de las mezquitas construidas en armonía con la naturaleza, Al-Mujadilah se centra en dos olivos que atraviesan el tejado y se elevan hacia el cielo.
– Sala de Oración: Como principal espacio de culto de Al-Mujadilah, la sala de oración de 875 m² (9400 pies cuadrados) presenta un muro de qibla ondulado, cuya curvatura asimétrica forma dos puntos focales clave: el mihrab (el nicho que indica la dirección de la oración hacia La Meca) y el minbar (la plataforma utilizada por el imán para pronunciar el sermón del viernes). En la curvatura del mihrab, una claraboya baña el nicho con luz natural durante el día, identificándolo claramente como el principal punto focal arquitectónico y religioso del espacio. El diseño de DS+R para la alfombra a medida de 35 x 20 m (115 x 66 pies) adaptó el tamaño de una alfombra de oración tradicional, que se adaptaba a un solo adorador, para cubrir el espacio colectivo de hasta 750 adoradores en la sala de oración. Hecho de lana neozelandesa tejida a mano, el patrón se recontextualizó mediante un proceso de pixelado y desplazamiento en intervalos de cada fila de oración. La figura central del mihrab refuerza aún más la Qibla.
– Ablución: Siguiendo con la temática de integrar el espacio con la naturaleza, el espacio de ablución de Al-Mujadilah es abierto y espacioso, con vistas a un jardín privado. El espacio se distingue por su piedra volcánica gris oscura con diferentes acabados: un acabado liso y pulido donde se suministra el agua y un acabado flameado más texturizado en el suelo para mayor resistencia al deslizamiento.
– Biblioteca: La sala de oración y el espacio multiusos están alineados por una biblioteca curada de textos islámicos que fomenta la investigación y el estudio. Con una capacidad de más de 8000 volúmenes, la extensa colección abarca la historia islámica, la historia de la mujer y libros de ficción y no ficción de autoras musulmanas.
– Espacio Multiusos: Equipado con un escenario retráctil, mobiliario modular y paredes temporales, este espacio flexible apoya el programa educativo de Al-Mujadilah, con capacidad para albergar conferencias, charlas, clases y talleres. Durante el Ramadán, se extiende la alfombra de la sala de oración para aumentar la capacidad de 750 fieles a aproximadamente 1300.
– Aulas: Aulas con capacidad para 15-30 personas flanquean el espacio multiusos para apoyar el programa educativo del Centro. Todas las aulas cuentan con ventanales de altura completa con frondosa vegetación adyacente y vistas al jardín, lo que refuerza la conexión entre el interior y el exterior. Están diseñados para fomentar el debate entre los estudiantes y el intercambio con los instructores.
– Jardines: El diseño paisajístico reinterpreta un fenómeno local muy conocido: el oasis. Un anillo de dunas rodea Al-Mujadilah, albergando un santuario interior de exuberante vegetación. Las dunas crean una separación visual y acústica de la autopista y las carreteras cercanas, envolviendo los jardines en un horizonte privado. La árida periferia del sitio da paso a un exuberante paisaje en su centro, salpicado de umbríos bosques que se alternan con zonas de vegetación baja, creando un singular contraste entre las dunas agrestes y azotadas por el viento, y los jardines apacibles.
– Minarete: Enclavado en una zona excavada en la duna, cerca de la entrada sur, se encuentra un minarete concebido para este singular edificio. Tradicionalmente, un muecín subía al minarete para dar la llamada a la oración cinco veces al día. Desde lo alto del balcón elevado, su voz transmitía la llamada a toda la comunidad. Sin embargo, con el tiempo, los muecines fueron reemplazados por amplificación electrónica y un mensaje grabado. El minarete Al-Mujadilah reinterpreta el ritual del ascenso humano a la torre. En lugar de un muecín, un conjunto de altavoces electrónicos asciende 39 metros (128 pies) hasta la cima de una torre diáfana de malla de acero cinco veces al día. Desde la cima, la llamada a la oración se transmite a la comunidad circundante. Después, los altavoces descienden al jardín. La torre está suspendida en el aire mediante tirantes anclados a un muro de contención. La estructura de tensegridad presenta una pantalla con un patrón perforado personalizado que recuerda a una mashrabiya, un elemento característico de la arquitectura islámica tradicional.
Fuente: ARQA