Más de dos millones de peregrinos de 160 países se esperan este año en la ciudad más sagrada del islam, al oeste del reino, tras tres años de limitación del número de participantes por la crisis sanitaria.
En el corazón de la Gran Mezquita de La Meca, los fieles comenzaron a realizar el "tawaf" el sábado, o las circunvoluciones alrededor de la Kaaba, una gran estructura cúbica cubierta con tela negra bordada con oro, hacia la cual los musulmanes de todo el mundo se vuelven para orar.
"Estos son los días más felices de mi vida", dijo Said Abdel Azim, un jubilado egipcio de 65 años. Este viaje, para el que dice ahorrar desde hace 20 años, es “un sueño hecho realidad”.
Uno de los cinco pilares del Islam, el hajj debe realizarse al menos una vez en la vida de un musulmán practicante que pueda permitírselo.
Consiste en una serie de ritos religiosos realizados durante varios días en la ciudad santa y sus alrededores.
Los peregrinos viajarán a Mina, a unos cinco kilómetros de la Gran Mezquita, el domingo por la noche antes del rito principal en el Monte Arafat, donde se dice que el profeta Muhammad (P y B) pronunció su último sermón.