Sólo en el mes pasado 3.698 colonos irrumpieron de asalto la sagrada Mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén. Los episodios se suman a una escalada de violencia que no cesa en la ciudad y sus alrededores. También en ese mismo período, se sucedieron 20 demoliciones de edificios y comercios. Y seis de ellas de los propios dueños, bajo amenaza de las autoridades israelíes. Por si eso fuera poco, hubo 165 palestinos arrestados en el mes, incluidas mujeres y niños. Y las deportaciones siguen en aumento. Aún cuando, en febrero los israelíes liberaron al prisionero Ahmed Shweiki, las autoridades lo obligaron a irse del país por tres días. Y de ese modo, frustrar el reencuentro con su familia.