Este mes, esta ciudad del medio oeste estadounidense de 28.000 habitantes alcanzó un hito. Eligió a un alcalde y un ayuntamiento completamente musulmanes, convirtiéndose en la primera ciudad en Estados Unidos en tener un gobierno musulmán-estadounidense.
Y a pesar de desafíos económicos e intensos debates culturales, los residentes de Hamtramck de diferentes religiones y procedencias culturales conviven en armonía, haciendo de la ciudad un importante caso de estudio para el crecimiento de la diversidad en el futuro de Estados Unidos.
Hay negocios con carteles en árabe y bengalí, prendas bordadas de Bangladesh y Jambiyas, un tipo de espada curva corta de Yemen, se ven en los escaparates de las tiendas.
Los residentes musulmanes hacen cola para comprar paczki, una especie de rosquilla polaca rellena de natillas.
"No es inusual ver a algunos con minifaldas y tatuajes y otros con burka caminando por la misma calle. Nosotros somos esto", cuenta Zlatan Sadikovic, un inmigrante bosnio propietario de un café en el centro de Hamtramck.
A lo largo del siglo XX, se la conoció como la "Pequeña Varsovia", ya que los inmigrantes polacos acudieron en masa para los trabajos manufactureros.
Durante los últimos 30 años, Hamtramck se transformó nuevamente para convertirse en una pista de aterrizaje para inmigrantes árabes y asiáticos, especialmente de Yemen y Bangladesh.
Una parte significativa de los residentes de la ciudad en la actualidad, el 42%, nacieron en el extranjero. Se cree que más de la mitad son musulmanes practicantes.
La composición del gobierno recién elegido refleja los cambios demográficos en Hamtramck. El ayuntamiento incluirá a dos estadounidenses bengalíes, tres estadounidenses yemeníes y un converso al islam polaco-estadounidense.
Con el 68% de los votos, Amer Ghalib será el primer alcalde yemení-estadounidense en EE.UU.
Pero Hamtramck "no es Disneylandia", dice Karen Majewski, la alcaldesa saliente que ocupó el cargo durante 15 años antes de dimitir.
"Es solo un lugar pequeño. Y tenemos conflictos".
La fricción surgió en 2004 luego de una votación para transmitir el llamado islámico a la oración en público. Algunos residentes han argumentado que la prohibición de los bares cerca de las mezquitas perjudica la economía local.
Hace seis años, cuando se convirtió en la primera ciudad estadounidense en elegir un gobierno de mayoría musulmana, la prensa de todo el mundo reportó sobre Hamtramck.
Algunos informes de los medios de comunicación en ese momento pintaron una imagen de una ciudad "tensa" con una afluencia de musulmanes. Un presentador de televisión nacional preguntó si Majewski tenía miedo de ser alcaldesa.
Incluso se especuló que un ayuntamiento controlado por musulmanes podría imponer la ley islámica.
"En Hamtramck la gente pone los ojos en blanco ante ese tipo de comentarios", dijo Majewski, quien está "satisfecha" de que Hamtramck haya sido una comunidad acogedora y que es "natural" que los nuevos residentes voten por aquellos que entienden su experiencia y sus idiomas.
Hamtramck es un ejemplo vivo de cómo el conocimiento personal reduce la islamofobia, según informa la BBC.
En 2017, cuando la administración de Trump impuso el veto a la entrada de migrantes de países de mayoría musulmana, los residentes de la ciudad de unieron para protestar.
"De alguna forma aquello movilizó y unió a mucha gente porque todos saben que, para vivir en Hamtramck, tienes que respetar a otros", comenta Razi Jafri, codirector del filme documental "Hamtramck, USA".
El día de las elecciones este mes en Hamtramck, docenas de residentes se reunieron en frente de un centro electoral para saludarse. Muchos de ellos mostraban su souvenir del Día de Elecciones, llevando la pegatina de "Yo voté".
Según Jaczkowski, los migrantes estaban muy entusiasmados por participar.
"Es muy estadounidense el ser capaz de juntar a la gente".
Sin embargo, al igual que en el resto del país, en la ciudad se están celebrando intensos debates culturales.