El deporte siempre ha sido uno de los refugios más importantes para la humanidad, el lugar donde no importa de dónde vengas, tu color de piel o tu religión. El mundo del basket ha sido parte importante en hermosas historias, ya que es un deporte que ha logrado unir al mundo tan diverso en el que vivimos; Fitriya Mohamed es un ejemplo de ello. 

Fitriya Mohamed es una mujer apasionada por el basketball, y su historia en este deporte no es nada reciente, comenzó cuando se mudó a Canadá a los 10 años y su profesor de educación física la impulsó a jugar basketball, lo aprendió incluso antes que un nuevo idioma. Al elegir gestión deportiva como carrera, gracias a este deporte, su labor activista en defensa de las mujeres musulmanas se afianzó. En el 2015, FIBA aún tenía prohibido a las jugadoras el uso del hijab y ello limitó el despegue de la carrera deportiva de muchas mujeres que, como ella, se sentían excluidas del deporte que se había convertido en su refugio. 

Un artículo sobre Bilquis Abdul-Qaadir, una jugadora musulmana, representó para Mohamed la chispa que despertó en ella las ganas de luchar por la defensa de las mujeres musulmanas. 

En 2017, FIBA levantó la prohibición del hijab, pero esto no era suficiente para lograr poner a las mujeres musulmanas en igualdad de condiciones ante las demás deportistas en el mundo. 

Fitriya Mohamed se rodeó de esas mujeres que al igual que ella, se encontraban en la lucha y juntas labraron un camino que llevó a la idea de iniciar la Liga de Baloncesto de Verano de Mujeres Musulmanas (MWSBL). 

Gran parte de este camino ha contado con el respaldo de Hijabi Ballers, que busca apoyar y crear oportunidades para las mujeres musulmanas en los deportes.

Son ellas, quienes apoyaron a Fitriya en el lanzamiento de la MWSBL, durante el verano 2021, en Toronto.