Según el Departamento de Dotaciones Islámicas de Jerusalén, 125.000 fieles realizaron la tercera oración del viernes del mes bendito de Ramadán.
Las fuerzas israelíes de ocupación continuaron imponiendo severas restricciones al acceso de los ciudadanos a la ciudad ocupada de Jerusalén. Reforzaron su presencia en los puestos de control militares que conducen a la Ciudad Santa, verificaron las identidades de los ciudadanos e impidieron que cientos de ellos llegaran a ella para realizar la oración del viernes, con el pretexto de no obtener los permisos necesarios.
Cientos de palestinos oraron en las calles, cerca de los puestos de control de ocupación, después de que se les impidiera entrar a orar en Al-Aqsa, la mayoría de ellos personas mayores.